Intensidad en los Anexos
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Sin tiempo para el respiro, el Real Valladolid llegó al ecuador de la semana tras completar su segundo entrenamiento. Una exigente sesión en la que, como es habitual en los últimos días, todos los jugadores de la primera plantilla estuvieron a las órdenes de un Paco Herrera que prolongó el trabajo hasta casi dos horas. Anuar Tuhami y el cancerbero Dani Hernández fueron los únicos representantes del filial, ya que Renzo Zambrano, en la fase final de su recuperación, volvió a ejercitarse al margen de sus compañeros junto a David Chorro.
Después del trabajo físico, el protagonismo este miércoles fue para los ejercicios de presión en grupos de tres, en los que el técnico extremeño insistió a los suyos que movieran la pelota con rapidez y con los menos toques posibles. Posteriormente, los jugadores ensayaron centros y remates para, más tarde, dividirse en dos, disputando un partidillo a lo ancho del terreno de juego de los Campos Anexos. Ahí es cuando se produjeron los pequeños contratiempos de la mañana. Primero, Guzmán Casaseca pisó mal y estuvo dolorido durante un tiempo y, posteriormente, fue Cristian Espinoza quien se llevó un golpe. En los dos casos, la situación no revistió mayor gravedad y ambos futbolistas no precisaron de atención médica para terminar un entrenamiento que tendrá continuidad este jueves a puerta cerrada en el Nuevo Estadio José Zorrilla.